“Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo” dijo Arquímedes de Siracusa (Sicilia 287 a. C. – 212 a. C).
Como científico clásico se le agradecen tantísimos inventos, cálculos y apoximaciones (como al número Pi) y, sin embargo, desconozco que se le haya atribuído este mismo principio (el de la palanca) aplicado a las humanidades o a la psicología…
Y es que es así de fascinante y poderosa la transformación o revelación personal cuando, al lograr movemos desde adentro, todo nuestro mundo se pone en marcha…
Eso es lo que ocurre cuando encontramos un punto de apoyo, nuevas perspectivas, otro paradigma…
Toda terapia tiene como finalidad última, pasar del apoyo exterior al autoapoyo. Esto conlleva un proceso creativo a través de un vínculo entramado de confianza, confidencialidad, aceptación y autenticidad.
O sea que el proceso terapéutico es un gran punto de apoyo para poder mover nuestra realidad…
Creo que tomaré a Arquímedes como a un tatarabuelo fundador o inspirador de la psicología…
TT